Sectorial de la semana

 

 

Metas y desafíos en el desarrollo económico I

Noticia564

 

Se aproximan épocas de diseño de planes de desarrollo y elaboración de indicadores de seguimiento. En los últimos 30 años el país definió ocho líneas de desarrollo que se han mantenido con diversos énfasis, intensidades y logros: apertura económica, equilibrio macroeconómico, desarrollo de infraestructura, desarrollo sectorial, salud, vivienda y educación. Mientras algunas se han venido sofisticando y profundizando en políticas e indicadores, otras inician apenas el recorrido y varias necesarias para el crecimiento no están aún presentes en el listado.

Iniciamos este informe con una mirada general, aspirando en informes venideros presentar algunas cifras y perspectivas en cada tema.

 

Sin el ánimo de abarcar todos los desarrollos, retrocesos o avances, podría decirse que Colombia ha recogido en diferentes magnitudes la orientación que ha dado a su desarrollo económico. Mientras a finales de los ochentas inició el diseño de los procesos de apertura económica y se priorizó el logro del equilibrio macroeconómico después de una década de elevada inflación y crisis de la deuda en toda América Latina, se dieron también los primeros desarrollos en infraestructura y los primeros cambios en el sistema de salud.

En una segunda etapa se priorizó en el avance de sectores transversales al desarrollo como las telecomunicaciones, la consolidación de la cobertura en salud, el transporte aéreo y una segunda apuesta en infraestructura.

En la tercera fase de estos años se enfatiza en la mayor cobertura y ejecución de los programas de infraestructura y el inicio de avances en la diversificación de la base exportadora y cambios en el sistema educativo, tres sectores con menores desarrollos en las épocas anteriores.

Al tiempo que se superan los efectos que en la coyuntura ha causado la evolución de la economía global y las fuertes transiciones institucionales que vive el país, surge la pregunta en torno a cuál será la cuarta fase que se definirá para el desarrollo económico en las próximas décadas.

La mirada periódica de los indicadores sectoriales permite identificar algunos aspectos que son prioritarios para el avance desde el punto de vista del desarrollo empresarial, que permite fortalecer los índices de crecimiento y calidad del empleo y los sectores.

En economía se definen el trabajo, el capital y los recursos físicos (terrenos, edificios, infraestructuras) como los factores productivos determinantes del crecimiento. En el desarrollo de estos factores las líneas de política están cambiando. Mientras se ha logrado un mayor acceso al capital en personas naturales y empresas de todos los tamaños, continúa siendo un desafío el fortalecimiento de estos agentes frente a la competencia, los ciclos económicos y la sofisticación de los procesos de inversión.

En el desarrollo del capital humano se espera, además del desarrollo de habilidades técnicas para el trabajo, el fortalecimiento del sistema educativo en promover la discusión, con temas y argumentos propios a cada etapa del crecimiento de los distintos temas, problemas de la comunidad, valores y disyuntivas humanas. El reconocimiento y manejo de los distintos recursos y potenciales económicos y humanos. Esta dinámica favorece el desarrollo de las comunidades y el ambiente de innovación en las empresas.

En cuanto a los recursos físicos, el mejor acceso y mayor cuidado del aire, el agua y la tierra, es finalmente el tercer factor asociado a la función de producción y donde las políticas orientadas al cuidado del medio ambiente tienen efecto en las cifras y resultados económicos desde los cultivos hasta el agregado del PIB, un tema donde está todo por hacer.

En este orden de ideas, algunas metas y desafíos asociados al desarrollo de estos factores son:

 

1. Duplicar la participación del sector agroindustrial en el PIB en 10 años. La participación de la agroindustria en el PIB es del 7,9%, un porcentaje que tiene potencial de crecimiento tanto en la diversificación de la oferta agrícola como en el mayor desarrollo de productos manufacturados. En ambos casos el país ya tiene camino recorrido y ha desarrollado productos diferenciados y tecnologías de producción que requiere extender y sofisticar a un mayor número de empresas agrícolas y manufactureras y mayores volúmenes de producción.

Es el caso del Cacao, producto con similar potencial de desarrollo y crecimiento al del café y en donde en términos de rendimientos por hectárea el trabajo empieza a consolidarse. En la industria manufacturera, al observar los principales productos asociados a confitería, chocolates, galletería y pastas el volumen de producción es pequeño tanto por la cantidad como por las posibilidades que da la sofisticación del consumo en los mercados internacionales. En los últimos años las empresas colombianas apuestan por el lanzamiento de nuevos productos en los mercados locales y externos donde participan.

 

2. Duplicar el número de empresas exportadoras. Las ocho cadenas exportadoras no minero-energéticas más importantes de Colombia representan el 34% de las exportaciones colombianas, una participación que aumentó en nueve puntos frente a la que se registraba al inicio de la década (25%). Para continuar con este crecimiento una de las metas puede estar en el crecimiento del número de pymes exportadoras, que después de crecer de manera sostenida en los últimos ocho años se detuvo desde 2015 y llegó en 2016 a las 1600 empresas. Varios estudios han identificado las empresas de alto crecimiento en el país. Es el caso de Confecámaras, que identificó que entre 2011 y 2015 600 empresas registraron tasas de crecimiento superiores a dos dígitos, una base para identificar potenciales nuevos exportadores.

 

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En estas cadenas productivas las exportaciones agrícolas representan el 37% de las ventas, seguidas del sector químico con 16% y la industria de alimentos, que aporta el 13%. En cuarto lugar, se ubican los productos plásticos (10%), seguidos de la maquinaria eléctrica y confecciones, que hoy representan el 6% cada una. Cierran el grupo hierro-acero y vehículos y autopartes, con el 7% y 4%.

 

3. Aumentar el número de medianas empresas en el mercado de capitales. Una de las características del mercado de valores colombiano es su escasa diversificación. Los mercados de valores en el mundo están recobrando su crecimiento y atractivo y una mayor oferta mejora el interés de los inversionistas en nuestras empresas. Siendo una fuente de financiación competitiva su desarrollo es vital y encuentra potencial en las medianas empresas, que reportan un crecimiento sostenido en los últimos años y en una muestra de 10 mil firmas mostraron un crecimiento del 4,2% en 2016, mientras el promedio de empresas de la economía aumentó sus ventas en menos del 1%. Estas empresas han mostrado ya su capacidad de crecimiento y han mostrado su capacidad de crecimiento y aporte al empleo durante la década.

 

4. Aumentar en 10 puntos la tasa de supervivencia en los emprendimientos. Colombia reporta una tasa de entrada bruta de empresas del 23%, cifra superior al 10% de Italia o el 7% de Francia o Alemania. Sin embargo, la tasa de supervivencia empresarial es del 42% frente al 53% o el 48% de estos países. Desarrollar herramientas para fortalecer la resiliencia de estas empresas frente a los ciclos económicos y consolidar las herramientas que faciliten su financiamiento de largo plazo permitirá la acumulación, el sostenimiento y mayor contratación de empleo calificado.

 

5. Aumentar la tasa de empleo calificado. Una de las principales razones que justifica el desarrollo exportador está asociada a su absorción de empleo calificado, pues estas empresas están invirtiendo e innovando constantemente para estar al nivel de la competencia. Los estudios sobre el surgimiento de la industria en Colombia destacan que se basó en la contratación de mano de obra calificada, lo que significó un impulso para el desarrollo, una tendencia que se mantiene para los sectores de la industria que han consolidado su crecimiento en los últimos 20 años y a los que se suma el desarrollo del sector servicios. El crecimiento del empleo calificado favorece a la absorción necesaria de profesionales generados en la mayor tasa de cobertura en la educación superior y permite el pago de mejores salarios al conjunto de trabajadores de la economía al aumentar la productividad total.

 

6. Aumentar la tasa de bilingüismo a 50% en los colegios públicos en 12 años. La meta de bilingüismo que el país se fijó para el 2018 es del 8%, desde el 2,2% fijado como línea de base en 2014. Los acelerados cambios tecnológicos que vive la humanidad, los procesos de inserción de la economía colombiana en los mercados externos, el desarrollo del sector servicios y la creación de empresas con proyección internacional no dan espera y demandan fortalecer el capital humano del país en este aspecto, un proyecto que puede empezar con un ciclo de educación inicial, básica y secundaria y se consolide como política de estado para las siguientes generaciones.

 

7. Leer, escribir y contar, principal desafío en capital humano. Desde los niveles iniciales, estas tres habilidades básicas que permiten el desarrollo de las distintas capacidades humanas son los principales desafíos de la educación, aplicadas al emprendimiento en la ciudad o en el campo, al desempeño cde los trabajadores y el manejo de la vida cotidiana.

Estas actividades, realizadas en torno a la aproximación a las distintas facetas de la condición humana, valores y creencias, el conocimiento de la geografía, la riqueza del país, su valor y potencial en cada una de las regiones, así como la educación económica y el manejo del dinero a lo largo de la vida, dan herramientas para el desarrollo personal y criterios para el desempeño en las áreas de trabajo que cada ciudadano escoja.