Sectorial de la semana

 

Financiación del plan de desarrollo: ¿que muestran las cifras en las regiones?

Noticia778

Los 1.095 billones que costará la ejecución del plan de desarrollo son la mayor cifra en toda la historia de los presupuestos públicos y se basan en una participación cada vez menor de los recursos del presupuesto general de la nación y el aumento de los recursos provenientes de las regiones y el sector descentralizado.

 

¿Que muestran las cifras en las regiones?

 

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El sostenimiento del estado cuenta con tres fuentes de financiación: el presupuesto general de la nación, el sector descentralizado y los recursos de las regiones.

La propuesta de financiación del Plan de Desarrollo consolida una tendencia que se observa de planes anteriores, en la cual los recursos del presupuesto general de la nación vienen perdiendo participación mientras la aumentan los recursos regionales corrientes y de capital en la financiación de los programas y proyectos, así como del sector descentralizado, en el cual también participan diversas entidades regionales.

 

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Fuente: Elaboración EA con base a los tres últimos Planes de Desarrollo

 

La reforma del sistema de regalías de 2012, que asignó los recursos a todas las regiones y no solamente a las productoras de minería e hidrocarburos ha significado la asignación relativamente reciente de nuevas responsabilidades de planificación, administración y ejecución del gasto para las regiones. El plan de desarrollo sustenta en este cambio parte su financiación, asignando un porcentaje mayor a los recursos regionales, que representaban el 6% en el período 2011-2014 y en este plan son el 13,6%.

Además del cambio en la asignación de los recursos de regalías, el planteamiento de financiación del plan obedece a los cambios que los recursos regionales han tenido durante este siglo. Bonet, Pérez y Montero (2018)[1] analizan los cambios en las finanzas territoriales en los últimos 20 años encontrando que los ingresos de capital de los municipios fueron los de mayor crecimiento, con una tasa del 8,1% promedio anual (transferencias del GNC, cofinanciación y regalías).

Los ingresos de capital pasaron del 49% en 1996 al 61% de los ingresos totales de los municipios,  principalmente por el aumento continuo de las transferencias del sistema general de participaciones, que pasaron del 23,5% al 43,1% de los ingresos totales.

Aunque su participación es menor a la de las transferencias, los recursos de cofinanciación han sido también una fuente de crecimiento para la inversión de las regiones, con una tasa promedio anual del 19% desde 2001. En el actual plan de desarrollo cuentan con especial protagonismo para el avance de los sistemas de transporte masivo para las regiones.

Los ingresos corrientes de los municipios crecieron en estos años a una tasa menor a los de capital, del 6.9% anual, con una participación y crecimiento similares en predial e ICA y la mayor tasa de crecimiento en los otros ingresos tributarios y las transferencias que no son ingresos de capital.

 

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Fuente: Elaboración EA con base en Bonet (2018)

 

Si se observa el gasto realizado con estos recursos se encuentran varias tendencias:

 

1) El crecimiento de los gastos totales es mayor el crecimiento al de los ingresos

 

    2) El mayor crecimiento se explica en el aumento de los gastos de inversión (gastos de capital) en particular en la formación bruta de capital fijo (vías, construcciones, equipos, terrenos), que creció a una tasa del 11% anual entre 2002 y 2015.

 

    3) Los gastos de Funcionamiento muestran un aumento del 3,9%, menor al período 1996-2001 y menor al promedio    histórico de crecimiento del gasto total.

 

   4) El resto de las inversiones no asociadas a la formación de capital crece a una tasa del 6,2% lo que muestra también una dinámica mayor a la del gasto de funcionamiento.

 

Las cifras permiten concluir que las regiones han contado con mayores recursos para inversión, pero su financiación ha estado basada en las transferencias principalmente del sistema general de participaciones.

Esta circunstancia explica la concentración de los proyectos del plan en salud y educación y en menor medida saneamiento básico mientras es menor la presencia de proyectos que permiten el desarrollo de otros activos que permiten potenciar el desarrollo productivo-empresarial (mayores ingresos tributarios) como los distritos de riego, las infraestructuras turísticas, vías terciarias o desarrollo sostenible. Los recursos de cofinanciación han estado concentrados en proyectos de transporte masivo, el tercer rubro de importancia en los proyectos presentados por las regiones en el PND.

De la aproximación a las cifras se concluye que la generación de ingresos de recursos propios registra un menor crecimiento frente a los recursos de capital, dificultando la financiación de proyectos no conectados con las transferencias del SGP que se utilizan en la mayor proporción para salud, educación y saneamiento básico.

Se observa también el contraste entre el aumento y estructura de financiación del presupuesto del plan y la dinámica inercial en el crecimiento de los recursos propios, lo que mantiene la dependencia de las regiones de las transferencias.

Las regalías representan el 5,8% de los presupuestos municipales y en los años venideros estarán asociadas a la recuperación de la economía global y su impacto en los precios de las materias primas[2] por lo que son importantes, pero no definitivas en la financiación de los proyectos de inversión.

Se observa también un crecimiento menor en los gastos de funcionamiento frente a períodos anteriores, por lo que teniendo en cuenta que en los municipios se observa en el período analizado un mayor aumento del gasto que de los ingresos el margen de ajuste por esta fuente no es tan amplio.

Estos hechos llevan a concluir que las exigencias de austeridad en funcionamiento y prioridad a la inversión en salud y educación, siempre importantes, deben también avanzar hacia una mirada estratégica de la inversión de las regiones, a fin de potenciar los activos que permitan la creación de empresas agrícolas, turísticas, mineras, industriales y de servicios, garantía de mayores ingresos tributarios, mayor consumo y crecimiento en las regiones.

 

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[1] Jaime Bonet-Morón, Gerson Javier Pérez-Valbuena, Jorge Luis Montero-Mestre. Las finanzas públicas territoriales en Colombia: dos décadas de cambios. Banco de la República. Documentos de trabajo sobre economía regional y urbana, núm. 267, mayo, 2018.

[2] El período de recuperación de la economía global en 2017 y hasta mediados de 2018 tuvo un impacto leve en los precios de las materias primas.