Sectorial de la semana

Las mitades de ColombiaNoticia389

Las cifras del plan de desarrollo muestran que Colombia se debate entre mitades, algunas se destacan en esta coyuntura: el 45% de los colombianos ve difícil organizarse con otros para trabajar en una causa común y el 92% no considera los procesos de participación buenos o efectivos. Los resultados e implicaciones de un referendo que no era de obligatoria realización y cuyo resultado fue inesperado muestran su importancia.

Cuáles son los desafíos de la economía colombiana en esta coyuntura que inició con los resultados del Domingo?

En lo macroeconómico. Avanzar hacia el equilibrio fiscal es vital para mantener el crecimiento y la reforma tributaria es primordial en esta vía, pues garantiza un menor costo en el endeudamiento externo en el corto plazo por las expectativas que crea y mayor financiación para los programas de desarrollo en el mediano y largo plazo. El déficit del gobierno central debería pasar, de acuerdo con el Marco Fiscal, de -3,9% en 2016 a -1,6% en 2020. La tasa de cambio estará determinada por estos ajustes, pues el mercado tiene presente que los precios del petróleo no volverán a los máximos de otros años.

Las proyecciones 2016 podrían ajustarse si se tiene en cuenta que el crecimiento del tercer trimestre tendrá el impacto del paro camionero y un comercio a la baja aunque vendría impulso del inicio de la recuperación del agro. Probablemente el cuarto trimestre recibirá el impacto de la decisión del referendo, manifiesto en la cautela de la inversión.

 

Indicadores del desarrollo. Las cifras muestran que en Colombia la mitad de la fuerza laboral es informal, sólo la mitad de la población tiene acceso a internet y de éstos la mitad considera que no es necesario. La tercera parte de este grupo reporta que no sabe utilizarlas. La mitad de los niños del campo no han tomado el nivel de transición y muchos menos en el total del país han recibido educación inicial. El 43% no ha cursado secundaria, el 55% de la población urbana no ha ido a la universidad, en el campo sólo el 26% ha recibido educación media.

Si bien el índice de pobreza monetaria es hoy del 27,8%, hace sólo diez años era del 45%, un logro alcanzado gracias a gobiernos que priorizaron el desarrollo económico y la inversión. Un indicador al que nadie quiere regresar. A diferencia de los últimos años no se cuenta con ingresos petroleros, por lo que para mantenerlo se requiere un mayor concurso de la inversión privada.

Pero entre todas las mitades, una de ellas es el reto principal como sociedad: el 45% de los colombianos ve difícil organizarse con otros para trabajar en una causa común, pilar de la asociatividad y fuente de riqueza, con ejemplos concretos en sectores como el café o el cooperativo en el sector lácteo que implican organización y eficiencia. Planes estratégicos para el desarrollo del país como el del sector hortofrutícola demandan la concurrencia de muchos agentes entre comercializadores, productores, transportadores y logísticos, en la construcción de una oferta exportable.

El plan de desarrollo tiene prevista la participación de muchos para lograr importantes transformaciones: pasar de 149 mil a 1 millón de agricultores cubiertos con asistencia técnica en 2018, escalar el número de personas capacitadas en TIC de 1,7 millones a 4,6 millones, pasar de 489 mil a 2 millones de familias que mejoren la convivencia ciudadana y la dinámica relacional en las casas.

Pasar de acompañar 36 a 800 organizaciones comunitarias en proceso de fortalecimiento y atender 40.000 familias en la construcción de un proyecto de desarrollo alternativo, frente a las 8.500 del cuatrienio pasado. Profesionales y empresas que participen en la construcción de los planes de mitigación del cambio climático.

Ahora que todas las partes quieren la paz y están en mandato de alcanzarla, muchos de estos indicadores serán definidos por el resultado de esta construcción. Interesante será medirlos en unos años para mostrarle al mundo un país fortalecido y la verdadera transformación de Colombia, un país en donde hay espacio para decir que si y que no y seguir creciendo en el intento.