Sectorial de la semana
Educación y salud: diferencias en visión, acción y resultados
Mientras los avances en cobertura y servicios de salud en Colombia se destacan en los comparativos internacionales[1], los indicadores de educación muestran resultados distintos.
Porqué?
[1] Sin desconocer los enormes retos que enfrenta el sector salud, el análisis de este informe se concentra en ver la evolución institucional de ambos sectores.
La evolución del indicador de pobreza multidimensional en el país ha estado asociado a los avances percibidos por la población en la cobertura de salud y educación, mostrando logros importantes para el país en los últimos años.
Desde los noventas en el sector salud las instituciones han permitido el desarrollo y crecimiento sectorial, con normas expedidas por el congreso, las cortes que generaron los mandatos de homogenizar los regímenes contributivo y subsidiado, organismos de planeación, ministerios y superintendencias han desarrollado las normativas para aumentar la calidad, complejidad y oferta de los servicios y financiar las demandas cada vez más grandes de recursos, una tendencia que se registra a nivel global.
El sector salud registra un proceso de cambio permanente con enormes desafíos de financiación y gerencia pero en una tendencia irreversible de mayor cobertura y mejora continua. Todos estos factores se reflejan en un gasto de bolsillo que se destaca por su menor peso en los comparativos internacionales, además de los indicadores de cobertura y el crecimiento del número de procedimientos aplicados durante los últimos años.
En términos de educación el diseño sectorial ha tenido otra dinámica, con crecimiento de recursos concentrado principalmente en avances como la gratuidad educativa y la jornada única, este último se encuentra en sus etapas iniciales. Sin embargo en indicadores de logros académicos los resultados están lejos de los estándares internacionales.
En el caso de la educación superior, se destaca el aumento de la cobertura en 10 puntos registrada durante la década, obtenida en atención a directrices de eficiencia y crecimiento de las instituciones, registrando el mayor crecimiento de la oferta en las privadas y un crecimiento positivo aunque menor en las instituciones públicas, que han financiado parte de su crecimiento con avances en la generación de recursos propios mientras registran una menor concurrencia de recursos e inversión pública en garantizar la infraestructura básica.
Pero mientras la política de generación de demanda por educación privada y pública permitió el crecimiento de la inversión de las instituciones privadas y el aumento de la matrícula en gran parte de estas, el cambio en el ciclo económico ha mostrado los defectos de esta estrategia cuando la economía crece menos. Desde 2015 la economía colombiana registra una menor dinámica, la tasa de desempleo comenzó a crecer mientras los choques cambiarios y de precios tuvieron impacto en el ingreso real de los hogares.
La educación representa en promedio el 5,7% del total del gasto de los hogares colombianos, duplicando el gasto en salud. Los análisis muestran que la elasticidad de la demanda de la educación es alta, siendo sensible a cambios en el ingreso, lo que indica que cuando la economía se contrae, el gasto en educación se ajusta en mayor proporción, tanto en educación técnica como universitaria. Una familia colombiana deja de gastar primero en educación, antes de dejar de comprar medicamentos, alimentos o gastar en transporte.
Esta tendencia la confirman las cifras del sector. La matrícula en las universidades privadas y las instituciones técnicas y tecnológicas ha bajado desde 2016 y el desplazamiento a las universidades públicas de los hogares que no están pudiendo cubrir la universidad privada no se puede dar dado que la oferta y las infraestructuras no son suficientes.
Fuente: DANE, Cálculos EA
Una mirada comparativa muestra que en el caso de la salud el planteamiento de metas ambiciosas de largo plazo, donde concurren todos los actores ha llevado al desarrollo continuó del sector, mostrando que en términos generales, la atención en salud ha venido mejorando con el paso de los años, un progreso que no es comparable cuando se observa la evolución de las cifras de educación.
En el caso de la educación superior, la elaboración del plan de desarrollo es la oportunidad de iniciar un proceso de diseño sectorial ambicioso en metas y resultados, que incorpore en su formulación y ley la concurrencia de actores, proyectos, recursos e indicadores requeridos para que el país también sea un referente de avances en esta materia, generando nuevas variables que contribuyan a la mejora de los indicadores de pobreza y movilidad social en Colombia.