Cómo se escribirá el 2024?
En lo político y lo económico, nosotros, los del2023, ya no somos los mismos, comemos menos cuento. Sabemos ahora que los anuncios bizarros requieren pasar el filtro institucional que funciona, que los desafíos económicos importantes se han ido surtiendo, con mejor rumbo en lo macro fiscal (por el momento)y vamos enfrentando el fuerte golpe de la curva de aprendizaje en sectores como la energía la construcción de vivienda y las obras civiles, donde más en los dos últimos que en el primero, se avanza en recomponer el rumbo de las cosas y se espera que este cambio se refleje en las cifras de 2024.
Estos sectores, determinantes de la inversión, serán la fuente de crecimiento en un momento en el que los hogares han gastado ya todas sus reservas, mientras esta por ver el impacto del crecimiento del salario mínimo en la inflación y el déficit público, que tiene a su cargo los salarios de un millón de trabajadores.
El entorno global también será distinto, con unas condiciones financieras que presionan menos las nuestras y van mejorando gradualmente, un aterrizaje suave o recuperación y en donde a diferencia del país, la inversión se impone como tendencia especial en un entorno de relocalización de la producción de las grandes economías del mundo, así como las inversiones asociadas a la transición energética. La Colombia de 2024 recibirá la ola normativa, que llevará a la práctica las grandes propuestas del gobierno en términos de reindustrialización, economía popular e inversión pública, plan de desarrollo... son apuestas importantes y distintas a las reformas, que buscarían generar un efecto contracíclico e impulsar la dinámica productiva del país con miras a su diversificación. En contraste, las aguas del mercado estarían mas calmadas, con menor volatilidad y nivel en el dólar, unas tasas de interés que empezarían a bajar en tanto la inflación lo haga y no reciba nuevas presiones desde los regulados, los salarios o los bienes durables. El proceso de construcción de país continuará con distintas apuestas. Aunque en el trabajo del día a día se observa una dinaḿica de construcción en ciertos sectores, que podría extenderse a las regiones cuando la necesidad de resultados y recursos lleve a las regiones y al gobierno central a buscar concensos,el desafío del todos ponen. Por momentos pareciera volver la acción política basada en fortalecer lugares comunes para reemplazar los resultados, hacer cálculos políticos y por momentos pareciera iniciarse una campaña de cara a la presidencia 2026. Con una apuesta tan importante, lo mejor es buscar concensos y construir. El escenario de los lugares comunes llevó a Chile a convocar tres referendos constitucionales que no han sido aprobados y no construir verdaderamente reformas que fomenten la equidad social o un cambio que en Colombia si se ha dado con inmensa dificultad y al que por supuesto le falta mucho y tiene errores. En otro escenario, estará el trabajo de las reformas, de presentarlas y de debatir las que vienen de 2023. Se dice que se han estudiado mucho las reformas, pero en realidad no se avanzó en el análisis de información del impacto económico y sus implicaciones en las cadenas de valor, además de lo principal, la garantía de continuidad de los servicios, sobre todo en un momento de fuerte exigencia fiscal y déficit en muchos sectores por los efectos de la pandemia y los dos choques posteriores: de costos y de inflación. Aunque se ha hecho un estudio de conformar estructuras de cambio, al no cotejarse con la realidad, estar basadas en principios dogmáticos y no desde el análisis de escenarios de impacto en la solución de los problemas, en términos económicos, de coberturas y en las cadenas de valor sectoriales podrían no pasar los filtros legislativos, generar crisis económicas a nivel fiscal, sectorial o en variables transversales como el empleo. El 2024 será un año de discusiones distintas, en un senado donde seguramente habrá un mejor análisis de los datos, políticas y normas que son los que realmente reflejan las realidades nacionales y donde se espera que los debates y la participación de los actores ralmente redunden en cambios funcionales. También será el año de la ola normativa, pues los grandes cambios planteados en el plan de desarrollo y políticas que se están implementando en los distintos ministerios, se reflejarán en decretos y resoluciones. En un escenario económico exigente en lo macro y lo micro, el país continuará en su proceso de construcción, en una dinámica en donde mas allá de los anuncios está la expectativa de ver un país fortalecido en la solución de sus problemas desde la capacidad de construcción de sus líderes e instituciones. Colombia enfrenta tres grandes desafíos en 2024: sostener los avances del empleo construidos en los últimos dos años. El segundo es la recuperación del sector obras civiles y la construcción de vivienda. El tercero y quizá el de mayor importancia, es lograr que la discusión de las reformas se centre en la solución de los problemas.